Creo que no me había sentido tan perdido desde hace muchos años, o tal vez nunca hoy no me reconozco a mi mismo, y me doy cuenta de que extraño al viejo “yo”.
Para tratar de acordarme de él hice algo que pocas veces había hecho, ver al pasado a través de mi Inbox, y descubrí esto que le escribí a una amiga hace un lustro.
Me ha pasado que te he visto en momentos muy diversos de mi vida, me
has visto en momentos tristes, felices, de transición e incluso de
desánimo, pero siempre que te veo traes una luz que pocas personas
irradian y que, por lo menos a mi me llena de tranquilidad y me sitúan
en un lugar de reflexión.
Verte se me hace como ver a un cometa, tal vez no es muy seguido pero
cuando lo ves sabes que es algo que no va a pasar en un rato asi que
lo disfrutas a cada momento y tratas de apreciarlo; asi me pasa
contigo, te siento (tal vez son alucinaciones mías) como una vieja
amiga de esas que han compartido contigo la borrachera más asquerosa o
las penas más dolorosas, te veo y siento que te vi ayer, que sólo han
pasado unos minutos.
Me da tristeza confesarte esto pero en ti veo la misma luz que yo
tenia cuando empecé en esto pero; como dijiste durante nuestra
reunión, “el día que te dicen que eres bueno sólo para hacer crónicas
valiste madre”. Creo que en cierta medida yo mismo me he dicho que
“soy bueno para hacer crónicas” y esa luz y pasión que veo en ti sólo
se me hace un recuerdo algo que tenía pero que se perdió. Lo bueno es
que te veo y me acuerdo de mi, de lo que soy y que a fin de cuentas el
periódico no ha logrado socavar.
Después de que nos despedimos pues tuve tres horas libres porque tenía
que verme con unos amigos a las 8 en un bar para platicar sobre otras
empresas, pero durante ese tiempo tomé el libro que me regalaste y lo
comencé a leer, digamos que tres horas me sirvieron para leer unas 150
páginas y no podía parar.
Por ahi dicen que tu no escoges a los libros, que los libros te
escogen a ti y sorprendido he quedado al percatarme de que este libro,
que me has regalado sin ningún merecimiento, me ha escogido y en
muchas formas me he identificado con Aguilar Camín y su pupilo Vigil.
Aunque más con Vigil.
Bueno no quiero hartarte con alucinaciones mías, sólo que no pude
abandonar el deseo que tenía de escribirte algo, me gusta mucho
escucharte hablar y conocer ese mundo que como reportera has obtenido,
de eso que no me canso de escucharte decir y sobre todo de tu
honestidad, sinceridad y franqueza que pocas personas pueden portar
como tu lo haces.
Si hubiera tenido una carnala mayor me hubiera gustado que esa fueras tu.
Gracias por esos momentos que hemos compartido.
Habacuc
Ahora solo tengo que ver donde demonios quedó todo eso que tenía dentro de mi.