El último regalo del Tin Melgar

Algo me faltó en mi pasado post… pero decidí enmarcarlo a parte porque me recuerda al post que puso el único lector de mi blog el Invierno.Funk, gracias por leerlo aunque se supone que este espacio nunca lo debiste de conocer en primer lugar… pero esa es otra historia que te contaré con unas chelas (o sea que tendrás que esperar hasta julio).

Hoy mientras desnudaba al Tin Melgar, le sacaba todas esas cosas que hacen que un auto sea tuyo por la cantidad de desmadre que tienes en él, me encontré cosas chistosas, como la invitación de la única boda a la que he ido, o los audífonos del maldito Black Berry, pero así como al Invierno Funk le sorprendió que una mondea lo separara de la comodidad de reclinar su asiento hacia adelante, a mí, mi Tin Melgar me tenía una gran sopresa de despedida.

Hace un mes aproximadamente pensé que en el valet parking de un bar me habían robado mi iPod Touch, acababa de actualizarle el software –que compré con el crédito que me regaló Mf Runner– y nunca revisé si estaba todavía mi biblioteca portátil de mp3’s en mi auto cuando me lo entregaron de vuelta.

Lo cierto es que hoy mientras sacaba los discos del compartimiento de la puerta izquierda, el Tin Melgar parecía que quería darme una última sonrisa, una última felicidad, me regresó mi iPod Touch, el que había dado por muerto

Gracias mi Tin! Ahora si, hasta nunca!